A partir de este 1 de marzo, la organización Huellas Caninas informó que dejará de realizar castraciones en el Centro Veterinario Municipal.

Según explicaron, tomaron esta decisión porque hace 27 días esperan una respuesta del subsecretario de Ambiente de la Municipalidad de Resistencia, Pablo Alegre, y del intendente Gustavo Martínez, “quienes han ignorado nuestro pedido”, señalaron.

“En menos de un año, se nos murieron tres animales en dicho Centro Veterinario. En el último caso, ni siquiera se asistió al animal moribundo y la respuesta de la encargada, la ingeniera Agostina Uberti, fue “puu que cagada”. Tampoco entendemos como una ingeniera química puede estar en la coordinación general del Centro Veterinario Municipal, sin tener estudios específicos en medicina animal para entender el manejo, atención de los pacientes y tener un poco de empatía con los animales”, reclamaron.

“Hicimos la solicitud el 1 de febrero del 2023, el cual fue totalmente desatendido, para que se tenga en el Centro Veterinario una “guardia normal”, ni siquiera una de emergencia como lo prometió el intendente Gustavo Martínez. También seguimos esperando la compra, según su promesa, de distintos aparatos médicos para sumar, junto a los ya contratados 5 veterinarios y 5 administrativos, para la atención clínica animal”, detallaron.

“Huellas Caninas no firmará ningún convenio y se desvincula del Centro Veterinario Municipal, ya que no nos podemos hacer cargo de la muerte de ningún otro animal más”, concluyeron.

HABLARON DE LA PLAZA 25 DE MAYO Y FUERON DESPEDIDOS

Jorge Cerrudo, Omar Coronel y Enrique Ramírez se encontraban trabajando en la Plaza 25 de Mayo, pero fueron desplazados de sus respectivos puestos de trabajo por la empresa ENEDESE S.R.L, contratada por el Municipio de Resistencia para la obra pública.

La incidencia se dio luego de que los albañiles reclamaran públicamente el pago de los salarios, aguinaldos y bonos adeudados. Además, señalaron que sufrían un discriminado maltrato laboral por parte de los capataces de la obra.

En ese contexto, los trabajadores informaron a DataChaco en la mañana de este miércoles que los mismos fueron destituidos de sus tareas dentro de la obra de la Plaza 25 de Mayo, la misma que hace un año se encuentra en “refacción”, aunque no presenta ningún tipo de avance considerable.

Asimismo, los obreros comentaron que Gustavo Martínez, intendente de Resistencia, “pasó para sacar fotos, nada más” y que “nunca mantuvo un diálogo con los trabajadores. Habló únicamente con los administradores, dueño y capataz general de la empresa, pero con nosotros nunca se arrimó, nada”.

En esa misma línea, agregaron que nadie del Municipio de Resistencia se acerca a controlar la obra de la plaza central. “No recorren, firman nomás y listo”, expresaron. También indicaron que los inspectores de higiene y seguridad, aquellos que son responsables de velar por la seguridad de los peones “se presentan únicamente a tomar mates y conversar con el capataz”.

Cabe destacar que el capataz, encargado general de supervisar la construcción, fue señalado por abusos, maltratos y discriminación hacía los obreros.

TRISTE SITUACIÓN DE LOS OBREROS

“Acá no hay alcohol, no hay gasa, no hay nada de elementos de primeros auxilios”, detallaron los hombres que fueron impedidos de ingresar a la Plaza para continuar con sus labores.

Ante la gran preocupación por la falta de elementos de seguridad, contaron que, tras haber tenido un compañero con una descompensación dentro del predio público, fue el capataz quien indiscriminadamente vociferó: “Déjale, que se muera ese viejo de mierda”, haciendo caso omiso a las penurias de los empleados.

Además de haber sido despedidos de sus puestos, los obreros señalaron que desde el sindicato de la UOCRA no recibieron respaldo alguno, por lo que recurrieron al Sindicato de Trabajadores de la Construcción y Afines (SITRAIC).

Ante la forma de despedido, comentaron que no recibieron ningún tipo de telegrama oficial, sino que el encargado de la supervisión se desenvolvió en insultos hacía su persona: “Ustedes no ingresan más, no trabajan más, ustedes son unos crotos”, habrían sido las palabras de quienes les negó el acceso a sus tareas habituales.