Por Milciades Exequiel Velazco.

El mal humor en la ciudad de Resistencia crece todos los días. Accidentes por avenidas rotas, falta de iluminación y también el problema de los residuos, es una constante en el reclamo de los contribuyentes de la ciudad. 

Y si bien es cierto que estas últimas semanas pareciera ser que el municipio capitalino decidió activar y ponerse a resolver algunas de estas demandas, la ciudadanía de Resistencia ya no se deja embaucar y se expresa de todas las formas posibles, en redes sociales u organizándose para luchar contra lo que consideran la peor gestión de la historia de la ciudad de Resistencia. 

Un ejemplo de ello ha sido el caso de los jubilados municipales que, con muletas, en sillas de rueda, con lluvia o extensos calores, se han manifestado por sus derechos frente a la Municipalidad de Resistencia, y también el caso de los Vecinos Autoconvocados reclamando por los constantes impuestazos.

La lógica del modelo político de Resistencia pareciera responder a la formula 4x6, 4 años de mandato, pero únicamente 6 de gestión. Esto obedece a lo peor de las prácticas políticas más añejas. Pero en pleno 2023, una práctica que a otrora podría ser útil electoralmente, hoy resulta anacrónica e insuficiente. La sociedad demanda nuevas prácticas políticas.

Además de la mala o nula gestión, el modelo de gobierno de la ciudad Resistencia se caracteriza por perseguir y/o disciplinar opositores: “Si no estás de acuerdo con nosotros sufrirás las consecuencias”.

Pero sin duda, lo que más resalta en este modelo político, es la marcada y visible diferencia entre lo que se dice y lo que se termina haciendo, como cuando se expresaron en contra del excesivo gasto en publicidad y luego terminan apareciendo hasta en la presentación de videos juegos en YouTube.  

La ciudad necesita un gran intendente, pero este emergerá de la capacidad de dejar los egoísmos y ambiciones personales para construir una alternativa real. 

Septiembre está cerca y quien pretenda gobernar la ciudad tiene que cumplir dos requisitos indispensables.

Tener la fuerza y volumen político suficiente para ganarle al modelo actual. 
Ser un buen servidor público, en todo el sentido del concepto.
Sin dudas, estos casi cuatro años han cambiado a Resistencia, no a su estructura o estética paisajística, pero si al criterio político de la ciudadanía que ahora será más exigente a la hora de elegir.