Por Juan Carlos Tuyaré.

El diccionario bíblico señala que a menudo el corazón es mencionado en las Escrituras como el asiento de los afectos y de las pasiones, y también de la sabiduría y del entendimiento.

ADVERTENCIAS RESPECTO A SU COMPORTAMIENTO

Aún así, el texto bíblico realiza ciertas advertencias respecto del comportamiento del corazón de los seres humanos. Lo ubica como quien genera las intenciones. Hablando de esas malas intenciones, en la época de Noé, antes del diluvio, Dios dijo que los pensamientos del corazón de ellos eran hacia el mal.

Algo parecido lo pronunció el profeta Jeremías, cuando hablando inspirado por el Espíritu de Dios, afirmó: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá?”

Posteriormente, ya en el Nuevo Testamento, Jesús reafirma la idea y agrega que del corazón del hombre proceden los malos pensamientos y toda forma de maldad. 

¿CUÁL ES LA VERDAD ENTONCES?

¿Cómo podemos entonces conciliar con la definición que manifiesta que es el lugar desde donde salen la sabiduría y el entendimiento; y por otro lado, el lugar desde donde procede la maldad? ¿Es lo uno, o es lo otro?

En realidad son las dos cosas. El corazón es como un caballo salvaje al que hay que domar. Es como el caballo que corcovea cuando el jinete lo monta; al instante se lo quiere sacar de encima, y la mayoría de las veces lo logra. Siempre buscamos tirar al que nos quiere sujetar.

Así es cuando el cielo no lo gobierna, somos engañosos y perversos, y nuestro futuro está peligrosamente inclinado hacia el mal. Cuando Dios miró al mundo dijo que no había ni siquiera uno que buscara el bien; de manera tal que no hay excepciones. Nadie puede decir: Yo soy bueno, porque le hace aparecer como mentiroso a Dios.

PERO PUEDE HABER UN CAMBIO

Sin embargo, todos tenemos la posibilidad de nacer de nuevo. No iremos al vientre de nuestra madre para renacer desde allí, solo hace falta ir hasta Cristo. El dice que si reconocemos que somos malos y nos arrepentimos, naceremos de nuevo con un corazón ya regenerado.

Millones de personas lo han comprobado personalmente en los últimos dos milenios y nosotros lo podemos comprobar en la actualidad accediendo al arrepentimiento. No estamos diciendo que seremos perfectos, estamos diciendo que nuestro corazón será convertido por el Espíritu de Dios y podremos transformar nuestras vidas en lo que Dios quiere.

En el gran sermón del monte Jesús dijo que nuestro Padre celestial sabe que necesitamos comer, beber y vestirnos; pero que no nos preocupemos como hacen los que no conocen a Dios. Que busquemos primero el reino de los cielos y las demás cosas serán añadidas.

Es probable que estés luchando contra una serie de aflicciones que te atormentan, ¿Por qué no probas de buscar primero el reino de los cielos? Total, si no es como te decimos, podes volver a tu vida anterior. Te invitamos a que lo intentes.