Este viernes por la mañana, el personal de Delitos Contra la Propiedad logró atrapar a otro implicado relacionado a la causa “supuesto homicidio con arma” del 30 de enero pasado, en Villa Prosperidad. 

Esta vez, se trata de un joven de 21 años que caminaba por la avenida Nicolás Rojas Acosta al 1200 de Resistencia.

Los agentes se encontraban investigando para detener a todos los presuntos autores del ilícito. El hecho sucedió a fines de enero, en la plazoleta de Villa Prosperidad, donde un ciudadano falleció luego de recibir varios disparos de arma de fuego.

Este jueves, a unas cuadras de la plazoleta donde ocurrió el hecho, habían detenido a otro joven, relacionado en la causa e investigan si hay algún implicado más.  

EL HECHO

El 30 de enero, a eso de las 17, un grupo de ciudadanos en dos motos frenó delante de un joven en Villa Prosperidad y efectuaron varios disparos contra él.

Al día siguiente, luego de llevarlo al Hospital Perrando, confirmaron que falleció producto de las heridas ocasionadas.

Desde entonces, los policías no pararon la investigación y detuvieron a tres jóvenes hasta hoy.

PERSONA CON DISCAPACIDAD DENUNCIA DISCRIMINACIÓN DE TAXISTAS

Si bien en pleno siglo XXI se destaca la inclusión de las personas con discapacidad en diferentes ámbitos, muchas veces este sector de la sociedad continúa postergado y limitado por las acciones de otras personas.

Tal es el caso de un hombre de 32 años, de Resistencia, quien quiso denunciar, a través de DataChaco, la situación que viene padeciendo desde hace un tiempo. Quiso hacerlo en forma anónima, para que no sigan tomando represalias contra él.

Según contó, se encuentra en silla de ruedas y se maneja en forma independiente por la capital chaqueña desde los 13 años. Siempre, solicitando servicios de taxis y remises para realizar viajes de corta y larga distancias.

Sin embargo, después de la pandemia, asegura que ningún chofer desea llevarlo, "porque no quieren joder con el tema de la silla. A la mayoría de los taxistas y remiseros les molesta tener que bajarse, ayudarme a subir, armar la silla, y esas acciones propias de mi discapacidad", señaló.

Asimismo, destacó que en variadas ocasiones también se encontró con remiseros "muy buenos y muy amables". "No me puedo quejar de ellos, pero también me topé con otros que me subían de mala gana. Yo pago todos los viajes, no es un servicio que pido que me lo regalen", remarcó.

"El 30 de diciembre del año pasado, fui al centro a hacer unas compras. Frené en Alberdi y Santa María de Oro para tomar un remis o taxi; muchos pasaban por al lado y nadie me quiso alzar. La mayoría me dijo que era porque tenían equipos de gas dentro del coche, pero después de tantos años de manejarme con ellos, sé quienes me mienten y los que me dicen la verdad", relató.

"Hago viajes largos y cortos, entonces hay determinados choferes que me preguntan hacia dónde voy, y si por ahí ven que la tarifa es corta, si no les rinde, no me pasan a buscar", subrayó.

Por otro lado, contó que para ir a trabajar en una dependencia del Estado, debe llevarlo su papá, ya que no es seguro llamar un taxi o un remis que cumpla con el servicio.

Ante ello, solicita mayor empatía y solidaridad por parte de estos trabajadores, y que puedan cumplir con su pedido, como con cualquier otro pasajero.