Por Juan Carlos Tuyaré.

Antes de hablar de reinos vamos a definir lo que significa esa palabra. En términos humanos la palabra reino define a un territorio donde sus habitantes están sujetos a un rey. Su modo de gobierno es una monarquía; es decir, el poder es ejercido por un rey que gobierna de manera unipersonal, que ha recibido el poder de manera hereditaria y que lo trasmitirá del mismo modo.

El ejemplo tal vez más próximo que tenemos es el de la reina Isabel ll, quien después de gobernar durante 70 años, falleció en 2022 y su hijo será designado prontamente como el rey Carlos lll del Reino Unido, soberano también de otros catorce reinos que forman parte de la Mancomunidad de Naciones.

ANTES DE LA CREACIÓN HABÍA YA HABÍA UN REINO 

Ahora bien, según el texto bíblico, antes de la creación del mundo, cuando aún las personas no existían, había solo un reino celestial, cuyo gobierno nunca dejó de ser ejercido por Dios. Millones de ángeles le servían hasta que uno de ellos dijo: “subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono…sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo”. Producto de semejante actitud de soberbia, Dios los expulsó del cielo junto a la tercera parte de los ángeles que le seguían.

AHORA EXISTEN DOS REINOS ESPIRITUALES

A parir de ese momento existen dos reinos espirituales: El Reino de los cielos y el reino de las tinieblas. Al primero lo gobierna Dios y al segundo lo gobierna Satanás. Desde el punto de vista bíblico, los seres humanos pueden pertenecer a cualquiera de ambos reinos porque esa es una decisión personal. Lo conocemos como el beneficio del libre albedrio; es decir, la facultad que cada persona tiene de hacer lo que mejor le parezca y asumir luego las consecuencias por dicha elección.

El que elige pertenecer al reino de los cielos tiene un testimonio de vida donde sobresalen el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Y el que elige el reino de las tinieblas rechaza a Jesús y su conducta de vida se ve reflejada en hechos emparentados con el robo, la destrucción y la muerte.

Desde el punto de vista bíblico, el Reino de Dios es un gobierno único, cuyo Rey es Jesucristo. Allí se goza del beneficio de su protección, de la justicia, la paz y la vida eterna. 

No existe un tercer reino. Ahora están delante de ti los dos únicos reinos ¿A cuál de ellos eliges sujetarte?