Comienzan o comenzarían las clases. Los padres atentos a las noticias. Algunos ya compran útiles, lápices, fibras, carpetas, aún sin saber la modalidad.
Las noticias hablan de salarios, del mal estado de las escuelas, muestran techos, paredes descascaradas y de más. Luego de un año parasitario en sus edificios es lógico que se vea el deterioro, o el producto de la no presencialidad.
Ahora que la noticia pone en acción una nueva etapa, es cuando la ansiedad y el optimismo debe acudir a arreglar sin criticas. Porque mucho estaba y empeoró, es la oportunidad de poner en orden.
Mostrar como en una vidriera tal o cual establecimiento es estigmatizarlo. Corran a arreglarlo, lo vieron, lo tomaron en cuenta.
Abrir las escuelas, con la modalidad que se elija es dar también la oportunidad a quienes no tenían celulares o computadoras, que son muchos.
Cuando inicien no hagan distingos, es probable que los resultados sean dispares. Es un empezar con prudencia, con respeto e ir modificando a la par de ver cual es el nivel que se pudo alcanzar. Y no desesperarse, ahora tienen la oportunidad de ir paso a paso. No solo los alumnos , sino los docentes luego de un periodo sin horarios y casi desordenado. Estresante.
No se llegará tarde en las curriculas, no estarán perdiendo el tiempo, lo estarán valorizando.
Y si todavía persistiera la modalidad de usar barbijo hasta finalizar la vacunación, buscar la manera de hacer visible la sonrisa y el estímulo. Fue el gran ausente.
Lo demás vendrá en consecuencia. Adelante 2021.